jueves, 22 de julio de 2010

Traslado al campo en Colonia Leoncita


El 10 de agosto de 1898, se realizan las escrituras por la compra de un nuevo campo en Colonia Leoncita, actual zona de Camilo Aldao, Gral. Baldisera y Corral de Bustos, en el departamento Marcos Juarez,    en el sureste de la provincia de Córdoba.  En la misma figura que el boleto de compra fue otorgado el 4 de febrero de 1896. Seguramente el traslado a esta zona entre 1896 y 1900. Tal vez, no vinieron todos juntos, sino por etapa. 
En la misma figura que el doctor Don José Echenique, como apoderado de la Compañía Anónima Argentina de Colonización y Tierras Limitada, se hace presente confirmando la venta realizada por esta compañía a los señores Santiago, Miguel, Mateo y Luis Brissio. 
Aquí aparece otra forma de denominar el apellido, con doble “s”. La venta dice que figura bajo el número 3067 en los libros de la Compañía. 

En cuanto a su ubicación geográfica dice que son " los lotes de chacra uno y dos de la Colonia Leoncita ". Continua diciendo la es critura que de "frente al sur; linda por el Norte, calle de por medio con los lotes ocho y siete; por el Sud calle de por medio con la Colonia Zaldarriaga; por el Este calle de por medio con la Colonia Elisa; y por el Oeste calle de por medio con el lote número tres ". 

En los años posteriores los hermanos fueron accediendo y distribuyéndose las tierras pero este es el primer campo que adquirieron en su traslado desde la provincia de Santa Fe.


Mapa de los lotes 1 y 2 de Colonia Leoncita


La escritura dice al SUR linda  con la Colonia Zaldarriaga. Según la reseña de los campos que circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo, Córdoba; realizada por Juan Delius; ya citada en la descripción de Colonia Leoncita de este blog, mencioné que I 48 que se ubica al sur de la recién mencionada colonia sería la Zaldarriaga. Como dice también al ESTE, con Colonia Elisa que sería la sección H 53 sería una parte de dicha colonia.

Mapa que ilustra las localidades actuales

 





martes, 20 de julio de 2010

Colonias Elisa y Leoncita - Camilo Aldao

 
La mayor sección del bloque de suertes G 59, G 58, H 52 y H 53 dibujada en el plano mensura 1883 del mapa de Revol-Galindez, pasó a ser colonia Elisa. El libro Camilo Aldao Centenario, p.III-3 aclara que colonia Elisa estaba asentada sobre 4 leguas cuadradas de suerte H 53 más 3 1/2 laguas cuadradas de suerte de G 58 y partes de suertes H 52 y G 59 completando las 9 leguas cuadradas que la constituyen y agrega que la colonia le perteneció a Camilo Aldao y Manuel N. Díaz. El primero habría fundado dicha colonia en 1885.

En la suerte G 57 se encuntra colonia Rosarito. En la suerte 54, hoy día ubicada la localidad de Baldisera, se encontraba colonia Leoncita fundada en 1894 por la Compania Anónima de Colonización y Tierras Limitada - Argentine Colonization and Land Co. Ltd.- que contaba con 5412 hectáreas que fue vendida por lotes a familias de inmigrantes.



                                                                                                         Fuente:

jueves, 15 de julio de 2010

Hotel de Inmigrantes


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Los inmigrantes al llegar  realizaban un breve trámite, para luego pisar libremente el suelo argentino y ubicarse en el Hotel de Inmigrantes, un gran edificio construido con vigas de hierro y chapas en la barranca del Retiro, de forma octogonal en el actual andén 8 del Ferrocarril Bartolomé Mitre, obra del Ing. Federico S. Tavelius en 1888. Algunos inmigrantes llegaban con rumbos y datos precisos, la dirección de un pariente o amigo de su pueblo de origen, que le habían prometido trabajo y casa donde habitar.

En el año 1878 se construyó el Hotel de Inmigrantes, el cual llegó a albergar de ellos hasta 1911 en que se inauguró el que se encuentra en la Dársena Norte. En esos recintos se les brindaba alojamiento y comida durante tres días, ocupándose la Oficina de Inmigración de ubicar a los que no habían llegado con un trabajo asegurado.

La inserción de los inmigrantes en la Argentina no fue sencillo. En muchos casos, al arribar con muy pocos recursos, nuestro país les dio alojamiento en los llamados "Hoteles de Inmigrates". Los proyectos que se sucedieron para construir un hotel definitivo fueron muchos, y cada uno de ellos fracasó en forma reiterada, produciendo circunstancias complejas para sus habitantes.La gran mayoría no encontró la acogida proyectada.

Hotel de la calle Cerrito
El 3 de noviembre de 1881 se aprueba el contrato para instalar el Asilo de Inmigrantes en el local que había servido para la exposición Industrial y Artística Italiana en Cerrito entre Arenales y Juncal. Como el lugar quedó completo rápidamente, el 5 de enero de 1884 se propone levantar habitaciones en el terreno alquilado para ensanchar las instalaciones en razón del aumento de su población.

Con el tiempo se deteriora y se hace inhabitable. Finalmente queda así hasta principios de 1888. En 1884 el cólera afectó nuevamente a la población y fue causa de gran parte de la emigración a las "cuadras" de los terrenos de la Exposición Rural y a diferentes cuarteles. El 29 de noviembre del mismo año se extiende una orden de pago para un hotel de inmigrantes en San Fernando. Su uso fue intermitente.


Bibliografía:
►"¿Dónde durmieron nuestros abuelos?: Los Hoteles de Inmigrantes de la Ciudad de Buenos Aires." Ochoa de Eguileor, Jorge y Valdés Edmundo.






sábado, 10 de julio de 2010

El viaje

Un pasajero es recordado por Susana Aguad, su nieta, en “Al bajar del barco”, donde escribe: “Se disipa la angustia de una travesía de dos meses que les quitó fuerza y salud. Sin embargo, a algunos se les llenan los ojos de lágrimas cuando miran por última vez al ‘Génova’ con sus dos banderas trenzando azules y verdes”

Aguad, Susana: “Al bajar del barco”, en Clarín, Buenos Aires, 20 de octubre de 1999
Para los emigrantes el viaje comenzaba en el momento en que partían de su pueblo natal para dirigirse a los puertos. La partida solía ser un acontecimiento colectivo, en el que eran protagonistas grupos de parientes y paisanos que se dirigían al exterior de acuerdo a un itinerario prefijado.

Desde mediados del siglo XIX el medio de transporte hacia los puertos fue el ferrocarril, y los barcos a vela fueron siendo reemplazados por los vapores.
Es extraordinario el impulso que la navegación transoceánica recibió durante toda la segunda mitad del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial fue el vehículo, no sólo técnico - material sino también económico de la gran emigración europea hacia América.
Los progresos en la navegación contribuyeron a la integración del mercado mundial uniendo a mercados muy distantes entre sí, alimentando el flujo creciente de personas y mercaderías a medida que decrecían los costos de transporte.
Los emigrantes se dirigían a los distintos puertos según la cercanía respecto a sus lugares de origen y a las facilidades que las distintas compañías ofrecían. Partían mayoritariamente de Génova, Trieste, Nápoles, El Havre, Burdeos, Hamburgo, puertos españoles.
La emigración masiva fue un negocio muy lucrativo para las compañías de navegación. Los armadores lograron obtener bajos costos de transporte reduciendo la tripulación, sirviendo comida de escasa calidad, ofreciendo a los emigrantes espacios reducidos y precarias condiciones de higiene a bordo.
Los testimonios de los protagonistas y de los médicos y funcionarios destinados al control sanitario ofrecen una imagen dramática del viaje, acechado por enfermedades e incomodidades.
Las precarias condiciones de las naves llevaron a las autoridades de los diversos países a regular los aspectos sanitarios del viaje, concentrando su atención en los requisitos que debían cumplir las naves, para evitar la aparición y difusión de enfermedades infecciosas.

La voluntad de los gobiernos por garantizar buenas condiciones sanitarias contrastaba con los intereses de las compañías de navegación. Para las compañías, el objetivo era el de embarcar el mayor número de pasajeros, sin respetar las disposiciones legales. El viaje se transformaba para los emigrantes en una pesadilla de gentío, de malos olores, de exceso de frío o de calor, según las estaciones, y más en general de intolerable promiscuidad.
A medida que los gobiernos fueron regulando las condiciones del viaje, estas comenzaron a mejorar. Parte de las características que describiremos en los párrafos que siguen corresponden al período previo a la primera década del siglo XX, etapa en la que el viaje consistía en una experiencia de rasgos fuertemente negativos.
De todos modos, las condiciones variaban tambíen entre las distintas compañías de navegación.

Los buques que desembarcaban emigrantes en el puerto de Buenos Aires, aparte de la tercera clase, disponían también de una confortable segunda -los inmigrantes eran definidos por la ley argentina como aquellos que llegaban en segunda o tercera clase- y una lujosa primera clase.
En la tercera viajan la mayoría de los emigrantes; la segunda en cambio tiene características menos definidas, emigrantes que han hecho fortuna y se pueden permitir un viaje más cómodo, pequeños comerciantes, y el clero.

Durante el viaje, los pasajeros de primera y de segunda son preservados rigurosamente de las incursiones de los de tercera, mientras que a ellos les está permitido, y con poco riesgo, irrumpir en el otro territorio. Las diferencias sociales se hacen evidentes desde el momento del embarque en los buques.

                                                                                             Fuente:   El viaje de los inmigrantes - RAWK